
Las inyecciones en las nalgas son uno de los muchos procedimientos de cosmética a los que se suelen someter las mujeres en Venezuela para cumplir con los cánones de belleza de la sociedad.
Estas aplicaciones de silicona líquida fueron prohibidas por el gobierno de ese país en 2012.
Pero hoy en día esta práctica continúa. Según laSociedad Venezolana de Cirugía Plástica Reconstructiva Estética y Maxilofacial (SVCPREM), hasta un 30% de las mujeres entre los 18 y 50 años eligen estas inyecciones.
Y no se trata de una práctica exclusiva del género femenino. Los hombres también utilizan silicona líquida para aumentar los pectorales, aunque la estadística es menor.
Sin barreras
Las inyecciones se hacen con un biopolímero de silicona. El hecho de que se inyecta libremente en el cuerpo la hace más peligrosa que un implante, donde el gel está contenido en una especie de bolsa.
Lo más atractivo de esta técnica es su precio. Una inyección puede costar 2.000 bolívares fuertes (US$318) y toda la intervención no dura más de 20 minutos.
Pero los riesgos son increíblemente altos.
“La silicona puede migrar a otras partes del cuerpo porque no tiene barreras. Además, el cuerpo puede tener una reacción inmunológica hacia este material extraño, creando muchos problemas”, dice Daniel Slobodianik, un cirujano estético.
El experto advierte que los síntomas pueden surgir años después de que la persona se haya inyectado.
Los pacientes pueden sufrir desde reacciones alérgica hasta de fatiga crónica. Si el líquido migra a otras partes del cuerpo, puede causar un dolor intenso en las articulaciones
Fuente: CDN
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